MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
BOLETIN DIOCESANO Nº 12
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Con la llegada de la primavera, las diócesis de
la Zona Sur hemos
vuelto a reunirnos en un fin de semana de convivencia, para fortalecer lazos de
amistad y mejorar el conocimiento entre los matrimonios de las distintas
diócesis donde está implantado el Movimiento Familiar
Cristiano.
Este año ha correspondido organizar la convivencia a la diócesis
de Málaga, que, aunque actualmente cuenta con pocos miembros, han puesto el
máximo interés en que pudiéramos descubrir la riqueza cultural e
histórica de esa bella ciudad y disfrutar de un fin de semana confortable y
distendido.
Nos acogieron en la
Casa de Espiritualidad “Beato Manuel González”, anexa al
Seminario y de ahí marchamos a visitar la Catedral , donde
un experto en arte e iconografía religiosa, nos explicó su arquitectura, así como sus capillas e
imágenes que se veneran en ellas, algunas con varios siglos de antigüedad. Se depositó
una ofrenda floral en la tumba de D. Antonio Dorado, obispo emérito de Málaga,
recientemente fallecido, a quien la diócesis de Cádiz profesa un gran afecto
por el recuerdo indeleble que nos dejó
durante los veinte años que fue pastor en nuestra diócesis, en los que
dio un gran apoyo al MFC. Tras una comida fraternal en un establecimiento de la
ciudad, pudimos hacer un recorrido turístico
por las calles y museos,
detallándonos la historia de los
establecimientos más emblemáticos, y visitando la iglesia de Santiago, donde
fue bautizado Picasso, y la del Sagrado Corazón, entre otras, coincidiendo con
la celebración de algunas bodas, como
dato curioso. Posteriormente los que quisieron
desplazarse a los montes de Málaga, pudieron degustar los platos típicos de la tierra.
El domingo estuvo centrado en la celebración de
la Eucaristía
en la parroquia “Santa María Estrella de los Mares”, de la localidad del
Guadalmar, cuyo párroco, P. Juan Antonio Paredes, es el Consiliario Diocesano y
alma del Movimiento en esa diócesis.
Durante la celebración tuvimos un emocionado recuerdo por Maxi, miembro
de nuestro Movimiento y gran amigo del Consiliario, que
lo tuvo en
el Equipo de Presidencia Nacional durante ocho años. En la misa, que la aplicó
por su eterno descanso, utilizó el cáliz que Maxi
y Pruden, habían donado a la parroquia el día de su inauguración.
Finalizó la convivencia con un almuerzo de
confraternización, al final del cual agradecimos al Equipo de Málaga la buena
acogida y organización de esta
convivencia, que, como siempre, ha ayudado a estrechar relaciones y a seguir
trabajando por extender nuestro Movimiento, dándolo a conocer en nuestras diócesis para bien de las familias.
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SU
PRESENCIA PERMANECE EN SU OBRA Y EN SU RECUERDO
La
grandeza de las instituciones es fruto de la
grandeza de sus miembros; y es por eso que podemos decir que nuestro Movimiento se ha
engrandecido al contar entre sus miembros con la figura noble y brillante, al tiempo que humilde y
sencilla de Maximiliano de la
Vega , que durante muchos años
ha sido un referente a nivel diocesano y nacional, más allá de los cargos que ha
desempeñado. Nuestro entrañable Maxi ha querido y ha sabido llevar el nombre del Movimiento Familiar Cristiano a
todos los rincones, de una forma sencilla y constante, con la complicidad
discreta de su esposa Pruden, que siempre ha estado a su lado apoyándole y complementando su labor. Lo hizo desde la presidencia diocesana del
MFC y también en la presidencia nacional, donde contaron con el cariño y la
estima de todas las diócesis donde estaba implantado el Movimiento. Su labor no se redujo a la
actividad dentro del MFC, pues también
llevaron la responsabilidad de la Pastoral Familiar
Diocesana durante muchos años. Para todos y especialmente para los miembros del
Movimiento, su marcha ha sido especialmente
dolorosa. Fue para nosotros un amigo, un padre o un hermano que siempre
nos atendió y aconsejó. Sabemos, sin embargo, que la vida no termina aquí, y
que al dolor humano por la separación, se une la “alegría” y la certeza de que ya está
gozando la presencia del Señor. Estamos seguros, que por su entrega al bien de
las Familias y de todos en general, y también por su testimonio durante los
meses que sufrió, de manera ejemplar, una larga enfermedad ya habrá recibido su
recompensa.
Que la semilla que
Maxi y Pruden han sembrado, junto con otros matrimonios comprometidos y
convencidos de la eficacia de nuestro Movimiento en la formación y fortalecimiento de la
familia, dé sus frutos en nuestra diócesis y haya siempre matrimonios
dispuestos a coger la antorcha que lleve
la luz de la fe a las familias necesitadas de orientación para fortalecer los valores cristiano.
Nuestro Ideario
Nº 22 Los Equipos del MFC no son células independientes y
cerradas sobre sí mismas. Son parte de comunidades más amplias : el MFC
local y diocesano…. Todos asumen y viven las acciones del MFC y se sienten
solidarios de ellas.
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UNA ETAPA QUE TERMINA
Hace
cuatro años, este Equipo asumió con ilusión la presidencia diocesana del MFC. Durante
este tiempo hemos trabajado con entusiasmo
para llevar adelante este
proyecto común, que el Señor puso en nuestras manos para bien de las familias. Desde el principio
pusimos nuestra confianza en el Señor y pedimos la colaboración de todos los
miembros para poder hacer realidad nuestros proyectos. No han faltado dificultades y sinsabores, también problemas
de salud, que han entorpecido la tarea, pero
hemos de reconocer que ha sido una experiencia muy gratificante que nos
ha dado muchas satisfacciones. Hemos tenido oportunidad de compartir
experiencias con matrimonios de otras diócesis, en las Asambleas Nacionales y
de Zona, así como en las Convivencias y encuentros. Recibimos la visita de los
presidentes nacionales Ramón y María Rosa, que nos acompañaron unos días, visitando
también al Equipo de Ceuta. Organizamos una Convivencia de Zona en la que participaron miembros de las diócesis
andaluzas en que está implantado el Movimiento, celebrando una Eucaristía,
presidida por nuestro obispo, D. Rafael Zornoza, en el Santuario de la Patrona. Hemos
orado y celebrado los tiempos litúrgicos con los Retiros de Adviento y Pascua y
hemos podido compartir experiencias y conocer la marcha de nuestro Movimiento
en las Asambleas diocesanas y de Enlaces, que terminaban con la celebración
eucarística, presidida por el Consiliario P. Balbino y el almuerzo compartido. Se
han impartido los Encuentros Conyugales
todos los años. También nos unimos a las celebraciones de la diócesis, como las
jornadas de Apostolado Seglar, Jubileos, o la acogida de la Virgen de Czestochowa, cuando vino a Cádiz. A
todo eso hay que añadir el trabajo cotidiano de preparación y organización que llevamos en el Equipo de Presidencia y
Ejecutivas. Hemos tratado de mantener, aunque con cierta dificultad, este
boletín trimestral, pensando en aquellos que no tenían acceso a otros medios de
comunicación, con el deseo de mantener
unidos e informados a todos los miembros del Movimiento. Ha habido
intentos de ampliar nuestro Movimiento en otras parroquias, aunque, dificultades
de última hora, han impedido la integración
deseada de nuevos matrimonios en el MFC, pero no por eso desfallecemos en nuestro empeño. Estamos
convencido de que el Movimiento Familiar Cristiano es un instrumento
fundamental para unir y dar formación cristiana a las familias, ayudándoles a
hacer vida el Evangelio y los valores cristianos; por eso, unas veces con más
apoyos y otras con más dificultades, seguiremos
dando a conocer nuestra identidad y nuestras ricas experiencias en la
vida de los Equipos. Así lo hemos hecho y así esperamos que lo sigan
haciendo los matrimonios que, con
generosidad y valentía, den el paso
adelante para dirigir nuestro Movimiento
en la nueva etapa, llevados por la fuerza del Espíritu Santo.