El PAPA RECONOCE LA LABOR DE MAXI Y PRUDEN
Maximiliano de la Vega y Prudencia Alonso recibieron ayer la medalla que reconoce toda una vida dedicada a la familia
Acompañados de toda su familia, de la de sangre y de la cristiana. Así recibieron ayer Maximiliano de la Vega y Prudencia Alonso la medalla 'Pro Ecclesia et Pontifice' que les ha concedido el papa Benedicto XVI.
Una distinción que viene a reconocer el trabajo que este matrimonio, gaditano de adopción, ha realizado dentro de la iglesia en el campo de la familia.
El obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos ofició en la tarde de ayer la eucaristía en la que se les entregó la medalla. Durante la homilía, Ceballos afirmó que «vivimos tiempos en los que hay que ser agradecidos y aprender de nuestros hermanos». Bajo esta premisa quiso agradecer la labor que llevan desempeñando Maximiliano y Prudencia dentro del Movimiento Familiar Cristiano y como directores del Secretariado de Pastoral Familiar de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. «Estáis prestando un gran y largo servicio y estamos muy contento porque hemos podido observar como os crecéis ante las dificultades». El obispo no quiso pasar por alto el concepto de familia, campo en el que trabajan principalmente este matrimonio, y que «pasa por muchas dificultades pese a ser un elemento importante dentro de la Iglesia».
Un impulso al trabajo
Momentos antes de empezar la eucaristía, Prudencia y Maximiliano afirmaron estar un poco «nerviosos» por la distinción. «Nos enteramos hace tan solo diez días durante una fiesta de la pastoral. El obispo se acercó a nosotros y nos dijo que tenía una carta en la que se le informaba de que el papa nos había concedido la medalla. Ni siquiera sabíamos que nos habían propuesto». La sorpresa fue tal que hasta una amiga de Prudencia le dijo que «era la primera vez que me vio descolocada». Desde entonces han recibido nada más que felicitaciones. Maximiliano explicó que esta distinción es un impulso y un acicate para toda la comunidad «que estamos trabajando día a día» y por eso quisieron hacerla extensible a todos los compañeros que han participado en este trabajo.
Momentos antes de empezar la eucaristía, Prudencia y Maximiliano afirmaron estar un poco «nerviosos» por la distinción. «Nos enteramos hace tan solo diez días durante una fiesta de la pastoral. El obispo se acercó a nosotros y nos dijo que tenía una carta en la que se le informaba de que el papa nos había concedido la medalla. Ni siquiera sabíamos que nos habían propuesto». La sorpresa fue tal que hasta una amiga de Prudencia le dijo que «era la primera vez que me vio descolocada». Desde entonces han recibido nada más que felicitaciones. Maximiliano explicó que esta distinción es un impulso y un acicate para toda la comunidad «que estamos trabajando día a día» y por eso quisieron hacerla extensible a todos los compañeros que han participado en este trabajo.
La medalla 'Pro Ecclesia et Pontifice' fue instituida por el papa León XIII en 1888 y nació como cruz para celebrar sus 50 años de ordenación sacerdotal. La misión de este galardón es premiar la fidelidad a la iglesia y el servicio que presta una determinada persona, en este caso dos, a la comunidad. Aunque nació como una cruz octogonal con la flor de lis y la imagen de este papa, evolucionó a medalla bajo el papado de Pablo VI.
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(Fuente: Pilar Solis en La Voz Digital, 23 de junio de 2011)
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