MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO

Diócesis de Cádiz y Ceuta
(Asociación Pública de la Iglesia Católica)
mfamiliarcristiano@gmail.com
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27 septiembre 2012

REFLEXIÓN DE MADRE TERESA DE CALCUTA PARA TRANSMITIR CON EFICACIA NUESTRAS EXPERIENCIAS EN LA FAMILIA

Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
 No hay amor más grande 

«Fijaos bien en la manera como escucháis» 

     Escucha en silencio. Porque tu corazón está lleno de mil cosas, no puedes escuchar la voz de Dios. Pero desde el momento en que te pones a la escucha de la palabra de Dios en tu corazón pacificado, éste se llena de Dios. Esto requiere muchos sacrificios. Si pensamos, si queremos orar, es necesario prepararnos para ello. Sin darle largas. Aquí no se trata sino de las primeras etapas hacia la oración, pero si no las llevamos a cabo con determinación, jamás llegaremos a la última etapa, la presencia de Dios.     Por eso el aprendizaje debe ser perfecto desde el comienzo: ponerse a escuchar a Dios en tu corazón; y en el silencio del corazón Dios habla. Después, de la plenitud de lo que hay en el corazón, la boca está llena para hablar. Aquí se obra la confluencia. En el silencio del corazón, Dios habla, y no tenemos que hacer más que escucharle. Después, una vez que tu corazón entra en la plenitud porque se encuentra lleno de Dios, lleno de amor, lleno de compasión, lleno de fe, tiene la boca de que hablar.     Acuérdate, antes de hablar, que es necesario escuchar, y solamente así, desde lo más profundo de un corazón abierto, puedes hablar y Dios te escucha.

26 septiembre 2012


CELEBRACIÓN DE LA ASAMBLEA 

NACIONAL DEL MFC

Los días 15 y 16 de septiembre, se celebró en Guadarrama (Madrid) la Asamblea Nacional para  organizar y fijar las líneas de actuación del Movimiento Familiar Cristiano durante el presente curso. Con la celebración de la asamblea nacional, a la que asistieron los presidentes diocesanos, se iniciaron las actividades del MFC, a la  que seguirá la asamblea diocesana y reunión de los Equipos.
La Asamblea, a la que asistieron  unas 140 personas de  las diócesis donde radica el MFC, se inició con una oración y saludo de los presidentes nacionales, que informaron  de los trabajos realizados durante  el curso anterior, destacando su participación en el Encuentro Mundial de Familias en Milán, en el que se propició un encuentro de todos los miembros del MFC que asistieron al mismo; así como  la asistencia al VII congreso europeo de Familias en Eslovaquia, donde informaron de la implantación del MFC en el Reino Unido. También destacaron la reunión nacional de Consiliarios, que sirvió para aportar ideas y compartir proyectos.
La conferencia de D. Raul Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo: fue el plato fuerte de la jornada, pues en ella  expuso la ponencia “Nueva evangelización como herencia del Vaticano II” con pedagogía, claridad y cercanía.
La jornada del domingo continuó con la presentación  del programa de los distintos Servicios, destacando el Servicio de Juventud que animó a participar en el Consejo nacional a celebrar en Burgos y la JAVIERADA  que tendrá lugar en el mes de marzo.
Se aprobaron los objetivos de trabajo del curso para impulsar la espiritualidad y el sentido de pertenencia al MFC; y se presentó el libro “LA SENDA DE LA FE” del sacerdote Juan Antonio Paredes, que nos muestra la puerta de la fe, ayuda a que la persona se encuentre con Jesucristo, como  tema de trabajo para las reuniones de Equipos.

Fueron dos jornadas intensas y ricas en contenido que favorecieron el contacto entre todos los responsables del MFC y sirvieron para aportar ideas  y animar a trabajar  en las respectivas diócesis.

Damos gracias a Dios por este encuentro que nos ha hecho ver, una vez más, la importancia de la familia en la sociedad y la fuerza de la fe compartida.

Los presidentes diocesanos de Cádiz y Ceuta

13 septiembre 2012

Comentario al evangelio de la página digital "Evangeli.net"

Día litúrgico: Jueves XXIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 6,27-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos.

»Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
Comentario: Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta (Badalona, Barcelona, España)
Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo
Hoy, en el Evangelio, el Señor nos pide por dos veces que amemos a los enemigos. Y seguidamente da tres concreciones positivas de este mandato: haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Es un mandato que parece difícil de cumplir: ¿cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. Bien mirado, amar a los enemigos es lo más sabio humanamente hablando: el enemigo amado se verá desarmado; amarlo puede ser la condición de posibilidad para que deje de ser enemigo. En la misma línea, Jesús continúa diciendo: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (Lc 6,29). Podría parecer un exceso de mansedumbre. Ahora bien, ¿qué hizo Jesús al ser abofeteado en su pasión? Ciertamente no contraatacó, pero respondió con una firmeza tal, llena de caridad, que debió hacer reflexionar a aquel siervo airado: «Si he hablado mal, di en qué, pero si he hablado como es debido, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,22-23).

En todas las religiones hay una máxima de oro: «No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti». Jesús es el único que la formula en positivo: «Lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente» (Lc 6,31). Esta regla de oro es el fundamento de toda la moral. Comentando este versículo, nos alecciona san Juan Crisóstomo: «Todavía hay más, porque Jesús no dijo únicamente: ‘desead todo bien para los demás’, sino ‘haced el bien a los demás’»; por eso, la máxima de oro propuesta por Jesús no se puede quedar en un mero deseo, sino que debe traducirse en obras.