MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO

Diócesis de Cádiz y Ceuta
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24 noviembre 2011

ENTREVISTA A PRUDEN ALONSO DIRECTORA DEL SECRETARIADO DE PASTORAL FAMILIAR CON MAXI DE LA VEGA, EL EL PERIÓDICO "LA VOZ" SOBRE SU EXPERIENCIA EN LA XXXIII SEMANA DE LA FAMILIA EN CADIZ

El nombre de Prudencia Alonso no puede mencionarse sin estar fusionado a otro, Maximiliano de la Vega, en una unión tan paradigmática como indicadora de su labor en la Iglesia local. Entre los dos capitanean desde hace 29 años la Pastoral Familiar de la Diócesis. Una dilatada experiencia que pugna con otra trayectoria, las 33 ediciones que en estos días ha cumplido la Semana de la Familia. Desde el primer año, Maxi y Pruden han sido los artífices de unas jornadas de charlas y conferencias. Un encuentro que este año ha girado en la incidencia de la crisis en las familias y que culminará hoy, al mediodía en la Catedral.
-¿Cuál es la situación actual de las familias de la Diócesis?
-La familia está ahora sufriendo las consecuencias de la crisis que afecta a todos los estamentos de la sociedad. Con una particularidad y es que en las familias se está sufriendo de forma más directa porque en ella convergen núcleos de todos los grupos sociales que tenemos: nietos, hijos, abuelos o tíos. Abarca un campo amplísimo tanto de posibilidad positivas o negativas.
-A parte de la crisis, ¿qué males ve que afectan a las familias?
-El mensaje que queremos lanzar en la Semana de la Familia no es solo el de la crisis económica. Hay una degradación de los valores morales muy importante y eso está afectando igualmente. A ello se suma la situación económica. Escuchamos que hay 5 millones de parados nos suena a retahíla, pero esa cifra implica que existe la misma cantidad de personas que lo están pasando muy mal. De ellos, un millón y medio son personas que tienen a todos los miembros de su familia en paro. La familia es ahora el soporte de todas estas situaciones. Los hijos se ven obligados a volver a casa de sus padres, la familia es un puntal esencial.
-¿Cómo se vive desde el Secretariado este aumento de familias con problemas?
-Estamos viendo como se está plasmando en las familias los problemas de las empresas de la Bahía. Además, Cádiz es una zona especialmente problemática porque recibe mucha inmigración, todos los movimientos migratorios de los países africanos e hispanoamericanos. Personas que estaban buscando un mundo mejor y se han encontrado un panorama triste. Sabemos que Andalucía, en general, es una zona muy afectada por la pobreza. La prueba de ello es que aquí en Cádiz se está detectando el aumento de personas que se apuntan a los comedores sociales.
-La sociedad muestra nuevos modelos de familia, ¿hasta qué punto son compatibles con la concepción tradicional de la institución?
-La visión católica de la familia no se puede considerar una separata de la sociedad. La Iglesia no tiene una visión de grupo aislado, tiene la visión amplia de todo lo que estamos viviendo. Las separaciones inciden en la crisis de valores actual. No se trata de aguantar en un matrimonio que no funciona sino de intentar poner solución a los problemas. Estamos educando a los jóvenes sin que se paren en resolver los problemas. Soy educadora y lo estoy viviendo en mi colegio. Los niños crecen en una situación de no saber sus propios problemas y no asumir sus responsabilidades. Crecen, les surge un problema en el matrimonio y no tienen el hábito de afrontar sus problemas. Es una crisis muy dura que deja a las familias tocadas.
-¿En qué medida contribuye la Semana de la Familia o la Pastoral en la transmisión de los valores que menciona?
-Las parejas cristianas tienen la obligación de transmitir la fe. Para ser transmisores de ello, deben formarse en catequesis, cursos de formación, charlas. La Semana de la Familia es un ejemplo. Y no solo eso, a lo largo de todo el curso se ofrecen charlas de formación y se ven los salones vacíos. Hay poco interés de formación.
-En la Semana de la familia se ha abordado también la visión de las familias inmigrantes, especialmente numerosas en una zona de tránsito como la Diócesis, ¿como es la convivencia cultural?
-Aquí afortunadamente, no hay choques culturales con los inmigrantes. Recibimos inmigrantes hispanoamericanos con sentimiento religioso muy profundo y también muchos árabes. Ellos están muy integrados en la sociedad. Los árabes también poseen un sentido religioso muy profundo. Podemos no estar de acuerdo en determinadas cuestiones, como el valor de la mujer en la sociedad, pero son personas que viven pacíficamente e intentan salir adelante aquí. Así que es necesario ayudarlos en lo que podamos.
-El nuevo obispo ya ha mostrado su interés por las familias, ¿han tenido posibilidad de compartir impresiones con él?
-Hemos tenido dos reuniones. Posee una disposición muy buena de acoger a la familia prioritariamente y hacer que retome el papel educador que tiene en la sociedad, a todos los niveles de formación, que se sientan otra vez importantes como transmisoras de valores. No podemos hacer dejación en los colegios, que están al pairo del Gobierno de turno. La familia transmite una serie de valores que no cambian: el respeto, el amor, la generosidad, el sacrificio...
-Tras esta Semana de la Familia y en unos tiempos de cambio en la Diócesis, ¿cuáles son las líneas de acción de la Pastoral Familias?
-Que las familias retomen la importancia que deben tener. Tenemos que tomar el papel de protagonistas y ser nosotros los que llevemos la iniciativa. Para ello tenemos que pedir a los gobiernos lo que consideremos importante. Por ejemplo, que la familia se preocupe por protestar, por clamar en las calles medidas sociales. Somos el país de Europa que está a la cola de medidas familiares o protección a la familia. Eso lo tienen que pelear las propias familias, no esperar a que el partido político que sea se lo dé o no. Tiene que seguir siendo el centro de la civilización porque en ella incide todo lo que pasa, lo bueno y lo malo. Es la pared que lo soporta todo.

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